Os las vamos a dejar aquí para que las podáis leer.
Cuentos que contagian ilusión
El objetivo de esta colección de lecturas es mostrar las vivencias de niños y niñas con discapacidad las aventuras.Nacho Pista TenistaAitor AviadorRosalía La Espía
Aitor Aviador
SOBRE EL TDAH
(TRASTORNO POR DÉFICIT DE
ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD)
Las neuronas llevan y traen
mensajes a nuestro cerebro como si de miles de carteros se tratasen. Para que
el cerebro pueda ordenar toda esa información, existen unos órganos muy
sensibles que lo coordinan todo.
Puede ocurrir que esos órganos
de coordinación no funcionen del todo bien, por lo que la información va más
lenta. Cuando a un niño o a una niña le pasa esto, no puede concentrarse de
igual manera que lo haces tú. Se distraen fácilmente, son impulsivos y
necesitan moverse muchísimo.
Leyendo la historia de Aitor,
aprenderás a descubrir la cantidad de cosas fascinantes que esconden en su
interior estos amigos con TDAH.
Tic, tac, tic, tac…
El tiempo pasa y esta lección
no me entra. Tic, tac, tic, tac… Voy a jugar a las canicas, me encantan las de
colores chillones, pero le prometí a papá que acabaría a tiempo la tarea…¡Buf!
El reloj no deja de dar vueltas… ¿Me dará tiempo de sacar los rotuladores que
brillan en la oscuridad?…
Tic, tac, tic, tac…
Vaya, si estáis ahí.
Perdonadme, no me había fijado en vosotros… Tengo
tantas cosas en la cabeza…
¡Por fin, he encontrado mi
colección de gomas de borrar!
Mirad, mirad, las tengo de todo
tipo; grandes y pequeñas, con olores y sin olores, con formas de herramientas,
de animales, de juguetes… Aquí está mi preferida, esta goma imita ¡un patinete!
Por cierto ¿Y mi patinete? Debería estar aquí…
Sí, sí juro que lo guardé aquí…
Tic, tac, tic, tac….
¡Vaya! El examen de mates me está
esperando… Y ahora que me doy cuenta, no os he dicho quien soy. Soy Aitor, os
puede parecer que soy un despistado pero, en absoluto… lo que me pasa es que me
cuesta concentrar la atención y necesito moverme mucho…¡¡¡Por fin!!! Sí, aquí
está mi patinete.
Bueno, como os decía tengo un
Trastorno del Déficit de Atención e Hiperactividad, por eso los médicos lo
llaman TDAH
Tic, tac, tic, tac…
¡Ay madre!, el reloj…
A veces, en el cole a mis
compañeros les cuesta jugar conmigo porque me enfado con cierta
facilidad…Además, necesito el doble de tiempo que ellos para aprender, y eso me
da una rabia… Aunque no soy nada torpe.
Ahora Francisco, mi médico,
aunque me ha dicho que no todos los niños las necesitan, me ha recetado una
medicina que viaja a mi cerebro para que a mis neuronas les llegue la
información más rápidamente, y así evitar que me salte renglones al leer,
ayudar a que me entere mejor de las explicaciones en clase y conseguir que me
levante menos del pupitre. Y además tengo a Tere, la sicóloga, que nos ayuda a
mis padres y a mí con pistas que hacen que me concentre mejor.
Papá es un tío grande y conmigo
lo habla todo. Sus conversaciones me ayudan mogollón. Me mira a los ojos y me
dice las cosas que tengo que hacer despacito y de una en una…
“Las medicinas no lo son todo,
Aitor”, me dice con ternura, “tu tesón y nuestro cariño te servirán para
crecer”. Y es verdad.
En el cole mi profe Rafa, ya no
me corrige los deberes con boli rojo, ni me hace hablar en público. Me sienta
muy cerquita suyo y me fracciona la tarea para que no me agobie tanto. Además
procura que mis compañeros jueguen conmigo.
Así, poco a poco, la gente de
clase me está empezando a conocer mejor: Me invitan a sus cumples, me llaman
por teléfono, quedamos en el cine…
Tic, tac, tic, tac…
Vaya, el reloj me recuerda que
tengo que seguir estudiando matemáticas. Si quiero ser aviador como mi padre,
necesito saber un montón de álgebra… Sueño con volar por los aires y decirle al
mundo entero que uno puede ser lo que se propone…
Ya sé que va a ser un camino
largo, pero como dice el refrán “Soñad y os quedaréis cortos…”
Tic, tac, tic, tac…
Fin
AMADOR,
ACTOR
SOBRE LA PARÁLISIS CEREBRAL
La parálisis cerebral es como
una herida en el cerebro que afecta a muchos bebés de todo el mundo.
Aunque no duele, hace que
moverse o mantenerse en pie, se convierta en una tarea complicada. Hay quiénes
usan muletas, otros, sillas de ruedas. A ellos, que son como tú, les cuesta
controlar sus músculos, por lo que a veces también pueden hablar con
dificultad.
De manera distinta a ti, son
capaces de aprender un montón de cosas que les hacen muy felices. Si conoces a
alguien con parálisis cerebral no dudes en hacerte amigo suyo.
Descubrirás un compañero que
sabrá apreciarte como nadie.
Esta mañana me he levantado con
un dolor de cabeza tan grande como el balón de mi primo Nacho.
No es un balón normal.
No se cuanto mide exactamente,
pero de verdad que es enorme. O eso creo yo…
Lo cierto es que a mí todo me
parece gigantesco.
Cuando nací les dijeron a mis
padres que me costaría andar y hablar, así que tengo que pasarme mucho tiempo
sentado.
Pero no me importa, porque a
esta altura todo es más grande y más bonito.
Os preguntaréis por qué me
duele la cabeza. Es que ayer estuve hasta muy tarde repasando el papel. AH!
Perdonad, todavía no os he dicho que me estoy preparando para ser actor y que
hoy es el estreno de mi primera función.
Mi madre me dice que busque
otro trabajo más estable (creo que le gustaría que me dedicara a otra cosa),
pero no creo que pueda ¡yo llevo el escenario en la sangre y tengo pensado no
parar hasta recorrerme todos los teatros del mundo!
En la función del colegio, la
que estrenamos hoy, me han dado el papel protagonista.
¡Voy a ser el Principito!
¿Conocéis esa historia que escribió Antoine de Saint- Exupéry ? Es genial. Yo
estoy totalmente identificado con el personaje. Sí, definitivamente creo que me
parezco a él, y eso me facilita la interpretación, claro.
Ya lo tenemos todo preparado,
la peluca, el vestuario, el texto, pero los nervios me están traicionando.
Se trata de mi primera
actuación y estoy tembloroso, intranquilo, y al mismo tiempo feliz y contento,
así que debe ser normal que me duela la cabeza. Papá no deja de decírmelo.
Supongo que el Principito
también debía tener dolores de cabeza. Con los baobabs creciendo en su planeta,
la limpieza de los volcanes, las necesidades de su delicada rosa… Por eso debió
marcharse a recorrer el universo…
Yo, como el Principito, tengo
unas ganas enormes de viajar y conocer otros lugares.
Aunque todo lo que quiero lo
tengo aquí, con mi madre y mi padre y por supuesto con mi primo Nacho, que
además de un balón grande, tiene un cuerpo muy considerable.
Nacho está siempre conmigo.
Cuando se ríe, parece que truena, pero blandito.
Hemos acordado que me acompañe
cuando esté de gira. ¡Si casi siempre sabe lo que estoy pensando sin decir una
sola palabra!
Como el zorro de El Principito,
él me mira con los ojos del corazón, que es lo único con lo que se pueden ver
las cosas verdaderas.
Por eso cuando necesito ánimos,
Nacho lo sabe y susurrando me dice muy despacito al oído: Amador, eres el mejor
actor.
Y en ese momento parece que puedo oír al público sentado en
sus asientos, murmurando y carraspeando. Están esperando a que empiece la
función.
Fin
AURORA, LOCUTORA
SOBRE LA CEGUERA
¿Sabías que el 80% de la
información que recibe nuestro cerebro llega a él a través de nuestros ojos?
Esto quiere decir que muchas de las habilidades que tienes, las has aprendido
gracias a la visión.
Es alucinante, ¿verdad? La
vista tiene un papel muy importante en nuestra vida. ¿Qué ocurriría si no
pudieras ver o lo hicieras con dificultad?
La ceguera es la falta de
visión. Se puede ser totalmente ciego, o ver algunas formas y colores. Los que
la tienen, desarrollan mucho más sus otros sentidos, así compensan el que les
falta. En este cuento, conocerás a Aurora, y comprobarás que es una niña llena
de imaginación e ilusiones. Conocerla te servirá para descubrir una verdadera
heroína, capaz de desenvolverse solita.
Soy como un felino, me muevo
silenciosamente, nadie sabe dónde estoy, en qué lugar de mi casa me encuentro…
Sin embargo yo si puedo oírles
a todos, ¡Ja! Tengo el oído más fino que nadie… Mi padre se enfada cuando me
escondo, pero yo me divierto de lo lindo.
Lo de ser como un felino
tampoco le gusta a “Flaco, mi perro guía.
Yo creo que es por ese lío que
hay siempre entre perros y gatos.
No se quién dijo que se
llevaban mal, pero desde aquel mismo día levantó una enemistad que es una
autentica tontería.
Por cierto, le puse el nombre
de “Flaco” porque está como un tonel.
Yo intento convencer a mi fiel
amigo de que los gatos son calentitos y zalameros.
“Mira Pirlo, el gato de la tía
abuela Cecilia. Cuando le toco, su pelo me hace cosquillitas en los dedos y su
lengua es tan graciosa, áspera y pequeñita, que me hace reír mucho.”
Pero Flaco ni caso. Aunque sólo
en lo de los gatos, porque en lo demás es el perro más bueno y obediente que
jamás haya existido.
A mi me cuesta ver con los
ojos, así que veo de otra forma. Por ejemplo, puedo tocar algo y saber cómo es,
o escuchar los sonidos… Es como si estuviera en un cine muy particular en el
que hay que dejarse llevar por la imaginación y eso sí que mola.
Yo me imagino de todo… Me
imagino a mi madre cuando cocina patatas a la importancia, ¡que le salen de
rechupete!
Me imagino a mi profe corriendo
detrás de Alfonso que es un niño muy pillo que hay en mi clase. Me imagino las
nubes cargadas de gotas de lluvia y el arco iris caldeado por el sol.
¡Tantas cosas imagino!
Pero con diferencia, lo que
mejor se me da es imaginar los partidos de fútbol que escuchamos el abuelo y yo
todos los domingos por la radio.
Porque a mí, además de los
animales, me encantan los deportes y entre todos los deporte, el que más el
futbol, porque es muy emocionante.
Cuando hay partido, nos
sentamos junto a la vieja radio, los dos muy juntitos, como creo que hacen los
pingüinos cuando tienen mucho frío, y escuchamos atentamente:
“¡¡¡AVANZA POR LA BANDA
DERECHA, REGATEA A UN RIVAL, CENTRA AL ÁREA, Y… GOOOOOOOOL!!!.
¡Buf! ¡Que subidón! El abuelo y
yo nos abrazamos y saltamos de alegría, esta vez como los pingüinos cuando ven
salir el sol después de una ventisca.
Gritamos juntos “¡Viva viva!”,
y mientras mamá nos dice que no gritemos tanto, yo pienso en lo bonito que
sería hacer que la gente saltara de emoción al oír mi voz diciendo “¡GOOOOL! “
Es verdad que todavía soy un
poco pequeña para tomar decisiones, aunque ya tengo 10 ¿eh?; pero estoy segura
de lo que quiero ser de mayor: locutora de radio. Radiaré los partidos junto al
abuelo y formaremos todo un equipo. Él irá diciéndome lo que pasa al oído y yo
lo contaré con pasión por el micro. Hay quién cree que es un sueño imposible, y
me intentan desanimar. Es entonces cuando yo les suelto con mi voz alta, clara
y limpia:
“Lo imposible… es la meta de
los que creen”
Y no sé que tiene esta frase
que escuché un día en el cole, pero después de decirla y quedarme tan a gusto,
todos se acercan a darme un gran beso.
Y es entonces cuando lo noto.
Sus mejillas junto a la mías, me hablan de que puedo hacer lo que me proponga,
porque mi vista llega mucho más lejos.
Yo puedo ver incluso más allá
del horizonte.
Fin
NACHO
PISTA, TENISTA
Sobre La Espina Bífida
La espina bífida es una lesión
que afecta a la columna vertebral y a la médula espinal, ya sabéis, esa fila de
huesos bien pegaditos que recorre nuestra espalda y el tubito de nervios y
liquido que protegen…, pues bien, los niños que nacen con espina bífida pueden
tener dificultad para caminar, como le pasa a Nacho, el protagonista de esta
historia.
Nacho nació con espina bífida y
no puede mover bien las piernas, por eso usa unos bastones para caminar. A
otros amigos que nacieron con lo mismo, les pasan otras cosas. Dependiendo de
si la herida está más abajo o más arriba en la columna, pueden perder movilidad
en los dedos de los pies o en gran parte el cuerpo. Por eso con ayuda de los
padres, los doctores y las asociaciones, los niños y las niñas con espina
bífida se acostumbran a su cuerpo y le sacan todo el partido.
Van al colegio, leen, juegan,
ven películas, dibujan, pintan y hacen deporte, si, deporte… ¿habéis visto
alguna vez los juegos paralímpicos…? pues muchos medallistas tienen espina
bífida.
Los papas de Nacho supieron
tiempo después de que el naciese, que la espina bífida en algunos casos se
puede prevenir si la madre toma ácido fólico, por lo menos tres meses antes del
embarazo.
Con este magnífico cuento que
tienes en tus manos, quieren decírselo a todos los papas y mamas del mundo.
Me llamo Nacho y juego al
tenis, me gusta nadar, las mates, los helados de chocolate y los libros de
cuentos.
También tengo espina bífida,
que suena a algo así como que me he clavado un hueso de serpiente en el pie,
pero es simplemente que mi espina dorsal se salió de su sitio porque antes de
nacer, los huesos de la espalda no se me pegaron tan juntitos como deberían
haber hecho, y por eso mis piernas se mueven más bien poco.
Nada más nacer, me operaron de
la espalda y también de la cabeza, porque la tenía muy grande. Ahora ya la
tengo más bien tirando a mini, pero mi padre, que es muy gracioso, me sigue
llamando pequeño Casper, je, je.
Y como os iba diciendo, después
de operarme, me movía tanto de lado a lado que les tenía a todos asustados
pensando que podía hacerme daño. Sin embargo yo siempre he pensado que lo que
de verdad tenía, eran ganas de empezar mi carrera deportiva.
Cuando cumplí 5 años, a mi
madre le dijeron unos médicos amigos suyos, que lo mejor para mí y para mi
columna era “estimular mi crecimiento y mi independencia”, a partir de ahí me
dejaron moverme más y me apuntaron a clases de tenis en silla de ruedas.
Y debió resultar, porque yo soy
independiente, pero mi columna… lo es aún más. Le gusta hacer su propia vida,
por eso tengo que estar vigilándola todo el día para que haga lo que tiene que
hacer:
llevarme al cole al ritmo de
mis muletas, aguantar las clases sin decir ¡AY!, acomodarse a la silla de
ruedas en los entrenamientos y dejarme dormir por las noches, entre otras
cosas.
Antes de los partidos, tengo
que tener una charlita con ella para que ponga todo de su parte: “Mira colum
(yo la llamo así) que el partido de hoy es más que difícil, Mario Marcelo es cabeza
de serie (eso quiere decir que es uno de los que mejor juegan) y dicen que
tiene una derecha tremenda, ¡PUM! hace la raqueta y la bola va a la línea de
fondo… y a ver quién es el guapo que devuelve eso”.
Colum me escucha atentamente y
luego, actúa como si me hubiera entendido. En medio del set, cuando toca hacer
un movimiento rápido y fuerte, responde apretándose contra el respaldo de la
silla, ayudándome a devolver la pelota haciendo un winner (o sea… un punto
ganador)
Todavía no estoy en el ranking nacional,
acabo de empezar. Mi sueño es participar en los juegos paralímpicos y ganar una
medalla, se la dedicaría a mis padres y a mi hermanita Gela.
A mis padres porque son unos
campeones que tendrían que tener, no una medalla, sino cientos y a mi hermanita
porque la quiero más que a nada. Nació después de mí. Ella no tiene lo mismo
que yo ¡BUF, corre que se las pela! Es mi mayor fan, en los campeonatos se
sienta en las gradas muy seria, agarrada a su osito y cuando gano un punto
grita: ¡Amoz Naszo! (Naszo soy yo) ¡Es más lista! En casa le gusta sentarse
conmigo y sujetar mis muletas azules con sus manitas mientras hablamos.
Yo le cuento un cuento cada
noche, y a veces me los invento. Los que me salen son cuentos de aventuras con
un príncipe que va a caballo a salvar a su hermana víctima de un hechizo.
El príncipe soy yo y cabalgo
veloz en busca de la princesita, que es ella, claro. En mi escudo de armas
tengo una pelota y una raqueta como distintivos, y hay un dragón que al ver mi
imponente presencia… sale corriendo para no volver.
Mi hermanita escucha
entusiasmada porque le encantan mis historias…y el otro día viéndome sentado en
la silla de ruedas que uso para jugar al tenis dijo sonriendo: aballo… que en
su idioma quiere decir caballo.
La quiero tanto, es tan
divertida y tan simpática. Espero que cuando sea mayor siga yendo a verme a los
partidos, porque nadie me anima como ella. Para los jugadores es muy importante
oír los aplausos y los gritos de ánimo de los espectadores y si encima son su
familia con más razón.
Yo estoy detrás de mis padres
preguntando todo el día:
¿Cuándo vamos a tener otro bebé
en casa? Y ellos se miran y ríen. Espero que esas risas signifiquen que la
respuesta es ¡Muy pronto!… porque no hay nada que me apetezca más que tener la
casa llena de hermanitos que quieran escuchar cuentos y jugar al tenis como yo,
su hermano mayor.
Fin
Rosalía
Espía
SOBRE LA SORDERA
Algunos niños nacen con una
dificultad para oír, es decir, que no pueden utilizar el sentido del oído como
lo hacen otros niños. Los hay que han nacido así. A otros les aparece cuando
son mayores por otras causas.
En algunos casos usan audífonos
o implantes cocleares para oír. Y para comunicarse, unos emplean la lengua de
signos y otros usan el lenguaje oral.
Esta es la historia de Rosalía,
una niña sorda muy creativa, que resuelve todo tipo de enigmas como si de una verdadera
espía se tratase.
Conócela y aprenderás a ser tan
resolutivo como ella…
Nada, hoy no estoy inspirada,
no he conseguido despistar a la Señorita Mili Cierraelpico… Siempre encuentro
un truco para salirme con la mía, pero hoy…
Este caso se está poniendo
difícil, pero que muy difícil.
Desde que mis compañeros y yo
decidimos tomar cartas en el asunto, mi olfato de espía infalible me hizo
intuir que esta investigación iba a ser complicada.
Llevábamos tiempo fijándonos en
las caras de preocupación de los profesores. Cuando de repente, todo dio un
giro inesperado.
Gracias a que sé leer los
labios, conseguí descifrar en el recreo de las 12:00, una inquietante
conversación entre el profesor de música, Faustino Golondrino, y la de
ciencias, Luz Degas.
¿Qué por qué se leer los
labios? Fácil. Soy sorda de nacimiento y he aprendido a leerlos para poder
entender mejor a la gente.
Leer los labios es guay, aunque
es un poco complicado. Es como escuchar con los ojos. Hay que observar
atentamente los movimientos de los labios cuando las personas están hablando. Y
yo en esto soy una auténtica lince.
Además, puedo escuchar frases y
sonidos gracias a mi audífono, que es este aparatito que llevo en mi oído.
Esta estratégica combinación de
técnicas, unidas a mi intuición, me convierte en toda una espía.
Sí, ya sé que soy un poco
redicha, pero qué le vamos a hacer, me encantan
los libros de espionaje.
Volviendo a la conversación,
que es lo que ahora nos interesa… leyendo los labios de los profes, averigüé
que nuestro pequeño colegio iba a ser vendido a un industrial agropecuario para
convertirlo en una granja de pollos de engorde artificial…
Me informé bien de qué
significaba aquello y ¡¡¡Qué horror!!! En vez de “engordar” nuestras “mentes”
con las asignaturas, “engordarían” los “cuerpos” de esas pobres criaturas…
Cuando comuniqué a mis
compañeros el terrible descubrimiento nadie podía creerlo.
Todos pensamos que si nuestros
padres y profesores no hacían nada por evitarlo, tendríamos que ser nosotros
los que reaccionáramos. Fue así como creamos la “La Orden de los Coleguix”.
Y aquí estoy, liderando esta
rebelión secreta para defender
la cultura
y
el saber…
En nuestra estrategia también
usamos la lengua de signos que he enseñado a mis colegas. La lengua de signos
nos ha sido muy útil para las comunicaciones secretas.Así, gracias a todos mis
conocimientos, hemos creado un
sistema de espionaje
que nos permite hacer muchos
movimientos sin que nadie nos descubra.
Hemos descubierto que la
Señorita Mili Cierraelpico lleva años haciéndose con el control del colegio a
espaldas de todos. A ella no le gustan los niños.
No tiene imaginación y quiere
que el mundo sea triste y aburrido. Por eso quiere cerrar el colegio.
Cuando el caso se resuelva del
todo, me dedicaré a
perfeccionar
mi método de espionaje para
solucionar todas las injusticias que me encuentre en el futuro.
¿Te apuntas a seguirme en esta
aventura genial?
Fin
SILVINA, BAILARINA
SOBRE EL SINDROME DE DOWN
Tu cuerpo está formado pormado
por millones de células
Cada una de ellas contiene un
gen, que es como un gran libro de instrucciones.
Y todos esos genes están
compuestos por cromosomas que son como las letras del libro.
A veces puede ocurrir que los
cromosomas se líen en el par 21 y venga alguno más de la cuenta.
Es lo que se llama Síndrome de
Down. Los niños que tienen este síndrome tienen un aspecto muy reconocible,
aunque a su vez, son muy diferentes unos de los otros; los hay más altos, más
bajos, más delgados, más gorditos....
Sus ojos están un poco rasgados
y su cara es como un precioso lucero redondo.
Aunque aprenden un poco más
despacio, ellos, igual que todos nosotros, ríen, lloran, crecen y sueñan, igual
que tú.
Esta es la historia muy, muy
especial de una niña con Síndrome de Down llamada Silvina.
Hola, me llamo Silvina, ya sé
que Silvina es un nombre poco común, pero es que todo el mundo no deja de
decirme que yo también soy una niña fuera de lo común.
Además Silvina rima con
bailarina y eso no es casualidad por que bailar es una de las cosas que más me
gusta hacer, aunque no es lo único que se me da bien...
Desde que estaba en la tripa de
mami, danzaba y danzaba sin parar como si fuera una sirenita en medio del mar…
Plies, relevés, entrechats,
saltitos en arabesque, y assambles y sobretodo piqués… muchos piqués, que son
mis giros preferidos. Y eso que son unos giros muy difíciles, pero tan bonitos
y esbeltos que cuando hago parezco una mariposa. Mi pobre madre, aceptaba con
resignación los botes, los brincos, los saltos y los empujones…Si es que ya se
sabe el
AMOR DE UNA MADRE puede con
todo.
Julia es el nombre de la mía y
siempre me ha parecido precioso, porque sabe a verano y a vacaciones.
Precisamente, la primera vez
que me vio mi madre estábamos de vacaciones, allá como por el cuarto mes de
embarazo.
Me hicieron una fotomicrografía
(una foto muy, muy, muy chiquitita), y descubrieron que yo venía con un
cromosoma de más.
“Tiene trisomía del par 21” dijeron
los médicos algo serios. Papi y mami al principio se preocuparon, pero
enseguida se informaron bien de lo que significaba aquello, y prepararon todo
para recibirme como me merecía. Y lo hicieron realmente bien porque mi llegada
fue tan sonada, que todavía sigue en casa el alboroto.
Flores, risas, abrazos y
regalos… Abuelos, abuelas, tíos, tías, primos y primas… Amigos, mascotas,
vecinos, y vecinas…
¡Todos esperándome!
Desde entonces tengo tanto amor
y cariño a mi alrededor que a veces parece que no me va a caber dentro, y para
que no se me caiga por todas partes, lo reparto en cada coreografía.
Con la ayuda de mi profe, voy
mejorando los pasos cada día.
Ahora estamos trabajando la
flexibilidad, los estiramientos y la relajación.
Dice que mis músculos están
siempre relajados, y que para llegar a dominar la danza:
“Es imprescindible mejorar y
fortalecer tu complexión, Silvina”
Y menudo fastidio, porque las
tablas de ejercicios son tan costosas…
Pero no me importa el esfuerzo
si puedo llegar a ser como mis grandes heroínas… Isadora Duncan, Anna Pavlova,
Margot Fonteyn, Maya Plisetskaya...
Ah! Y sus personajes de cuentos
y hadas:
Gissele, Coppelia, Odette, Julieta…
Aunque tengo que confesaros una cosa… este no es mi verdadero sueño. ¿Queréis
que os cuente mi verdadero sueño?
Veréis…. Resulta que a clase
también viene Pati, una niña como yo, pero con unos años más. Ella es muy
tímida y aunque baila fenomenal, le da mucha vergüenza.
Con mi ayuda y su esfuerzo, ha
descubierto que le gusta la danza tanto como a mí. Ahora estamos trabajando
para que los pasos que yo me invento, se puedan ver en un escenario. ¿Y quién
mejor que ella, mi mejor amiga para hacerlo? Y este sí que es mi sueño, que un
día podamos bailar juntas un precioso pase a dos…
Me imagino además, poder hacer
eso con todas las personas que aman la danza tanto como yo… seré su profesora
de baile y les enseñaré a disfrutar de un aplauso como es debido.
Fin